Los índices de obesidad en Chile se mantienen altos y no solo eso, van creciendo. Alrededor del 74% de la población padece de esta enfermedad inflamatoria, ostentando también el más alto índice a nivel infantil, lo que se acentúa por el 89% de sedentarismo y generalizados malos hábitos de alimentación, entre otros factores.
Ello es más complicado aún en situación de pandemia, ya que, según los especialistas, varios kilos de más o cualquiera comorbilidad asociada (triglicéridos altos, dislipidemia, diabetes o hipertensión arterial, entre otros) agrava la condición basal de un paciente contagiado por Covid-19 o lo convierte, lamentablemente, en presa fácil para este virus.
Dra. Mónica Manrique, nutrióloga de Clínica MEDS y directora técnica de IEPRES.
La encuesta “Consumo de Alimentos y Ansiedad durante la Cuarentena por Covid-19 en Iberoamérica”, arrojó que un 44% de los chilenos aumentó de peso durante las primeras semanas de confinamiento. En el estudio fueron consultados 1.722 chilenos entre abril y mayo; mientras que en el resto de los países: Argentina, Colombia, Ecuador, Uruguay, Paraguay, Panamá, Costa Rica, Guatemala, México y España, el promedio de aumento de peso fue de 38,5%.
Para la doctora Mónica Manrique, nutrióloga de Clínica Meds y directora del Instituto de Educación en Prevención y Riesgo Reducido en Salud (IEPRES), la pandemia ha traído consecuencias perjudiciales en el peso de las personas, y quienes más mal lo han pasado son justamente el grupo con mayor sobrepeso y obesidad “porque -afirma-se trata de pacientes alterados inmunológicamente con mucho riesgo de infectarse”.
Al respecto, explica que “cuando estas personas se contagian con Covid-19, al séptimo día en su cuerpo ocurre una “tormenta” de citoquinas o citocinas, que son un grupo de proteínas que actúan fundamentalmente como reguladores de las respuestas inmunitarias e inflamatorias. Y ahí es donde comienza a ser letal la enfermedad porque el paciente obeso ya viene inflamado desde antes por su condición”.